¿Han visto o escuchado la migración de las mariposas monarcas? Es espectacular. Imaginen viajar más de 4,000 km todos los años, por una sencilla razón: lo necesitan para sobrevivir.
Ahora mismo se preguntarán qué tiene que ver eso con este post, y trataré de responderlo en las siguientes líneas.
Llevo algún tiempo en el rol de ingeniero preventa (ingeniero de ventas, ingeniero de soluciones, entre otras denominaciones). Empecé en mi natal Guayaquil en un integrador de soluciones y como lo detallo en este post me "vi obligado" a cultivar habilidades no-técnicas para poder desempeñar mejor esta posición. Sin embargo y luego de varios años en el mismo rol y en la misma empresa, esa voz que te dice “sal de la zona de confort” se hacía cada vez más fuerte. Pero no es fácil.
NO ES FÁCIL
Imagínen el escenario: estabilidad laboral de más de 12 años, con cierto reconocimiento alcanzado, con una familia creciendo, deudas hipotecarias… ¿y de pronto dejar todo eso por algo nuevo e incierto?
No es fácil.
Pero bueno, cambiarse de trabajo tampoco es tan complicado, ¿no? Finalmente es simplemente moverte a otra companía (otro integrador) y listo.
El problema es que yo no quería algo tan lineal. Quería algo retador, algo que sea una oportunidad importante, como un salto de más de un escalón. Dicen por ahí que cuidado con lo que pides, porque a veces se convierte en realidad.
Recuerden esta palabra: salto.
Los que trabajamos y nos apasionan el mundo de TI (tecnologías de información) siento que a veces no valoramos lo que tenemos (no me mal entiendan por favor). Sé que es un área complicada, retadora, dinámica, cambiante y a veces mal agradecida. Pero tiene una gran ventaja en el mundo actual: es global.
Un ejemplo: piensen en cualquier solución o producto de tecnología de información, desde arreglo de un computador portátil, construir una aplicación (app) que permita inventariar una bodega, o la migración de un sistema complejo a un entorno de nube pública.
En TI, si eres bueno es lo que haces, tienes oportunidad de demostrarlo en Ecuador, Colombia, USA, Australia, Francia o EAU. Y eso no se puede hacer en todas las profesiones (pregúntenle a un médico, contador, y otras tantas profesiones).
No es fácil, pero es sencillo.
UN SALTO
Lo escuché en un podcast que me gustó mucho: somos el resultado de lo que hacemos por nosotros mismos, pero también del entorno en el que venimos y cómo nos ayudan a enfrentar las diferentes situaciones. Y lo digo en plural porque en mi humilde opinión creo lo mismo.
En mi caso, un día cualquiera, viviendo la monotonía del día a día (lo que llaman "zona de confort") recibí una llamada de un reclutador. Debo confesar que no era la primera, pero esta tenía algo particular.
Gráfico tomado de: https://oportunidadesyestrategias.com/por-que-salir-de-la-zona-de-confort/ |
Lo de siempre: nos gustó tu perfil, estamos interesados, queremos que seas parte de nuestro equipo, quisieras participar del proceso, etcétera. Yo hice las preguntas de rigor; sonaba interesante, parecía que mi perfil se ajustaba a lo que estaban buscando… pero había algo inusual: la posición era para Bogotá, Colombia.
Sí, quizá esto no es extraño para cargos gerenciales en multinacionales, pero este no era el caso. Yo solo era ingeniero preventa que sabía de virtualización, respaldos, servidores y almacenamiento.
- Disculpa pero creo que hay un error – le dije al reclutador – Yo vivo y trabajo en Guayaquil, Ecuador.
- Sí, lo sé – me dijo – Estamos en una búsqueda regional.
No sé describir con exactitud las emociones en ese momento, pero recuerdo que no lo tomé tan en serio. Finalmente pensé que no tenía mucho que perder y decidí seguir el proceso para ver hasta dónde llego.
Creo que ese pensamiento fue como una negación interna que me inventé. No quería pensar en lo que estaba por empezar, y así nunca iba a tener que decidir nada.
Acá debo mencionar que la empresa para la cual el reclutador estaba trabajando no era una multinacional ni mucho menos. Era una empresa de servicios, muy buena en lo que hacían y con una muy buena reputación profesional, pero no pasaban de 40 empleados.
Repasemos la situación: tienen un buen puesto en una empresa fuerte (+200 empleados, operando en las principales ciudades del país), con estabilidad laboral de más de 12 años, con cierto prestigio alcanzado en el medio, con una familia (2 hijos pequeños), deudas hipotecarias, y ahora tienen la posibilidad de cambiarse de trabajo en otro país (en este caso de Ecuador a Colombia) en donde no conocen a nadie. ¿Ustedes que harían?
No es fácil. Es un salto (en mi caso un salto de fe).
EL PROCESO
Había dicho que iba a seguir el proceso a ver hasta dónde
llego. ¡Y vaya que fue un proceso! Entrevistas psicométricas, entrevistas 1 a 1
con pares, entrevistas grupales, etcétera. Y obtuve mi respuesta: no era el
indicado. Estaban buscando un ingeniero implementador más que un ingeniero preventa.
Debo admitir que me había ilusionado, hasta había averiguado ciertas cosas de mi futura ciudad. Era noviembre 2015. Hasta aquí llegué.
Pero como dicen por ahí, si algo es para ti nadie te lo quita. A los pocos meses (marzo 2016) se abrió la vacante indicada en la misma empresa: ingeniero preventa (qué bonitas se ven esas 2 palabra juntas).
Y volvemos al proceso, o como yo digo, lo retomamos. Ahora un poco más exigente: entrevista con el gerente, resolución de casos, juegos de roles. Pero esperen… ¡No que solo iba a seguir para ver hasta donde llego!
DECISIONES
A quienes tenemos formación de ingeniería nos gusta creer
que decidimos todo de esta forma: anotar las ventajas, las desventajas y si es posible ponerle
un valor a cada ítem, y tomar las decisiones basados en esa matriz. Sencillo.
Es sencillo. Pero no es fácil.
Con mi compañera de vida hacemos una combinación muy interesante, pues ella le pone la parte "no-lógica" a la toma de decisiones, de nuestras decisiones. Finalmente no solo me iba a mudar yo, nos íbamos a mudar todos (familia de 4 en ese momento).
¿Recuerdan que dije que voy a seguir el proceso a ver hasta dónde llego? Pues debí haber conjugado el verbo en plural: vamos a seguir el proceso. Y así fue, ya que seguimos el proceso de selección hasta obtener la respuesta incómoda, no por la propuesta sino por la decisión que debíamos tomar.
- Roberto… nos interesa realmente tu perfil, y queremos que hagas parte de nuestra empresa. Te ofrecemos este paquete de remuneración, estos beneficios y te ayudamos con la gestión de la visa de trabajo.
Era el gerente de la empresa desde Bogotá. Había conectado unos audífonos a mi teléfono de modo que mi esposa también escuchó la propuesta. Nos miramos como diciendo ¿y ahora?
Solo atiné responder lo agradecido que estaba de que me hayan tomado en cuenta, y que necesitábamos un par de días para poder responder.
LA RESPUESTA
Cerramos la llamada, y nos sentamos a conversar. Estábamos tranquilos pero inquietos. Era una buena oportunidad, pero… ¿habíamos pensado en todo lo que implicaba?
¿Qué hacemos con nuestra casa? ¿el trabajo de mi esposa? ¿el colegio/escuela de los chicos? ¿la familia?¿y si no funciona? ¿regresar avergonzado?
Debo decir que siempre me he considerado una persona afortunada. Soy creyente y de allí viene mi fortuna.
Parte de esa fortuna son las amistades a quienes recurrí mucho en esos días. Gente del medio de TI que conocía en Colombia a quienes les pregunté todo lo que podía: cuánto gastas en agua/energía/gas, cuánto cuesta un colegio, cuánto cuesta un arriendo, que barrios/zonas me recomiendas para vivir, cómo es la movilidad, y un sinnúmero de preguntas adicionales.
Particularmente debo mencionar a una amiga que trabajaba conmigo en ese entonces, ella había hecho lo mismo que yo pretendía hacer: se mudó de su natal Bogotá a Guayaquil.
Le conté la situación con el mayor detalle posible, incluyendo mis temores y dudas, y ella simplificó todo.
- ¿Qué es lo peor que te puede pasar? – me preguntó –
- Que en 3 meses (el período de prueba que me ofrecían) me regrese. – respondí –
- Entonces regresarás con 3 meses de experiencia en el exterior.
Era el empujón final que necesitaba.
EL INICIO
Quienes les gusta el cine probablemente han visto “La Aldea” del gran M. Night Shyamalan. En esa película (¡spoiler alert!) cuando todo parece que se termina, realmente todo empieza.
No quiero extender este relato con las muchas anécdotas que vivimos, algunas no tan buenas, otras muy divertidas. El aprendizaje ha sido extraordinario en todo sentido. No fue fácil, creo que nada bueno lo es, pero sí que ha sido gratificante.
Finalmente les quiero contar que llevo ya varios años fuera de mi país, me mudé de Bogotá (si la mudanza es otro de los temas interesantes), ahora mismo trabajo en una multinacional y ya somos familia de 5.Eso de que “las mejores cosas están fuera de tu zona de confort” en mi caso fue cierto. No dejes pasar tus oportunidades, pero recuerda siempre:
"No pierdas nunca de vista la humidad. Es el lugar más sano del mundo."
{Anxo Pérez}
Gracias por leer. Aprecio su tiempo, y más aún sus comentarios.
Roberto.